Mire estas dos fotos...
Dos chicas guapas, rubia y morena.¿Cuál le gusta más?
La morena.Buena elección. Ahora pondré las fotos boca abajo. Tenga, esta es la que ha escogido, déle la vuelta y arguménteme por qué la ha escogido.
Tiene una cara muy simpática, limpia, sonriente; pero algo no me cuadra...Sí, le he dado el cambiazo, la gran mayoría de las personas, el 80%, no se da cuenta y argumenta su decisión, que no es tal. Este experimento cuestiona todas nuestras decisiones y demuestra que acabamos confabulando para justificar una decisión a posteriori.
¡...!Y somos tan precisos y minuciosos justificando la elección que nos han hecho creer que era nuestra como cuando justificamos una elección sin haber sido engañados. Pero me ha encantado su elección.
¿Por qué?Es mi novia, y la otra es mi ex novia.
¿Sólo un 20% se da cuenta del cambiazo?Cuando escoges entre un lado y otro, simplemente alargas el brazo y dices: "Es la de este lado" y te fías de esa acción, ya no mantienes una imagen de la foto de esa persona en tu cerebro para poder compararla de nuevo con la foto que recibes.
Curioso.Cuando tú alargas el brazo y coges lo que querías coger no lo cuestionas, porque el mundo es estable y no necesitas tener una representación extra en el cerebro para evaluar si hay cambios ya que nunca sucede en el mundo real; para el cerebro sería un gasto de energía inútil.
Sorprendente.Mi compañero Lars Hall y yo llevamos siete años haciendo experimentos sobre la ceguera en la elección. Además de la vista, lo hemos aplicado al sabor, el olfato, el tacto y también a las opiniones.
Póngame ejemplos.Un experimento concreto sobre los principios morales. A la gente le damos la siguiente afirmación: "Una acción militar o policial siempre está mal si mueren inocentes". La gente tenía que decir hasta qué punto estaba de acuerdo o en desacuerdo con esa afirmación en una escala del 1 al 7, desde el "muy de acuerdo" hasta el "en desacuerdo".
¿Y les cambiaron la respuesta?Si su respuesta fue "estoy de acuerdo con esa afirmación", se la devolvíamos proporcionalmente a la inversa, es decir: "Estoy en desacuerdo". Y les preguntamos por qué habían contestado de esa manera.
¿Y?Ocurre el mismo fenómeno que con las fotos, la gente racionaliza y justifica su respuesta, cuando en realidad es la opuesta a la que ha dado.
¿Funciona con cosas concretas?Hace dos años, cuando Israel estaba en plena ofensiva contra Gaza y murieron muchos palestinos, preguntamos: "¿Las acciones de Israel están justificadas incluso con el coste de vidas civiles?". El resultado fue exactamente el mismo: la gente que no estaba inicialmente de acuerdo, acababa justificando el uso de la violencia. El porcentaje de gente que detectó el cambio era mayor que con las caras, pero seguía habiendo un 50% que no lo detectó.
Sus investigaciones aplicadas a venta de productos deben de ser impactantes.En supermercados hacíamos probar a la gente un par de mermeladas; el cliente elegía una de las dos, la volvía a probar, convencido de que era la que había elegido, pero mediante un truco de doble fondo ya habíamos hecho el cambio.
¿Los sabores eran muy diferentes?Radicalmente diferentes: una era de manzana con canela y la otra de pomelo, y el 50% de la gente no se dio cuenta del cambio.
¿Somos idiotas?No, no, no..., pero tenemos la ilusión de que conocemos nuestra propia mente. Nadie te puede cuestionar lo que sabes sobre ti mismo, así que aprendemos a pensar y aceptar que cualquier cosa que decimos sobre nosotros mismos es cierta, y eso es una ilusión.
Gran lección de humildad...Sí, personalmente con estos experimentos he aprendido a ser un poco más humilde cuando hablo de mí mismo y mis creencias, de manera que cuando mi novia, como todas las novias, me pregunta "¿por qué haces esto?", contesto, sin sentirme tonto, "no lo sé".
¿Nos dejamos engañar por nuestro afán de justificarnos?Nuestro cerebro realiza el mismo proceso cuando justificamos una elección real que cuando justificamos una irreal.
Nuestras elecciones las justificamos a posteriori.Efectivamente.
Entonces, ¿con qué elegimos?Hay muchas teorías, pero mi respuesta es no lo sé. Lo alucinante es que cuando dices a la gente a la que ya has hecho el truco que vas a cambiarle las fotos a una persona, todos dicen que ellos se darían cuenta. Entonces es cuando yo les digo: "Es que ya te lo he hecho". Esa es la evidencia de que la forma en que nos vemos a nosotros mismos no es realista, es una ilusión.
Ha realizado usted una investigación sobre la intención de voto en Suecia.Sí, y en el campo de las decisiones políticas ocurre lo mismo que en el de las decisiones morales, pero no puedo darle detalles por el momento.
http://www.experiment-resources.com/choice-blindness.html
Common sense would tell that all of us would of course notice such a big change in the outcome
of a choice. But results showed that in 75% of the trials, the participants were blind to the
mismatch. What’s more interesting is that, not only were a large number of participants were
clueless of the switch, when allowed to take a longer look at their choice, they were able to make
up a detailed explanation for why they chose that face when originally, they actually rejected it.
The experimenters coined the term choice blindness for this failure to detect a mismatch.
A few, less than 1/10 of the manipulations were easily spotted by the participants. Not more than
20% of all manipulations were actually exposed, towards the end of each experiment.
After the experiment, the participants were presented a hypothetical scenario:
Suppose you were involved in an experiment where the faces you chose were switched. Would
you notice?
84% of the participants said in the post-test interview that they would. Researchers called this
choice blindness. When the truth was revealed to some, they expressed surprise and even
disbelief.
Johansson further explains that when individuals were asked to reason out their choices, they
remained confident in their verbal reports and had the same state of emotionality and expressed
the same level of detail for faces they have and have not chosen.
Another important finding is that the effects of choice blindness go beyond snap judgements.
Depending on what the participants say in response to the mismatched outcomes of choices
(whether they give short or long explanations, give numerical rating or labelling, and so on), it
was found that this interaction could change their future preferences to the extent that they
come to prefer the previously rejected alternative. This gave the researchers a rare glimpse into
the complicated dynamics of self-feedback ("I chose this, I publicly said so, therefore I must like
it"), which is suspect as to what lies behind the formation of many everyday preferences.
Un vídeo aquí:
Y aquí el artículo serio
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