Descontroladores

El cierre del espacio aéreo de hoy es inaudito e indignante. Si alguien quiere ponerse en huelga que lo haga abiertamente. Con todas sus consecuencias, pero no de forma encubierta y traicionera (sin preaviso).

Una de las reclamaciones de los controladores en agosto pasado era un cambio de puesto a los 55 años pasando a tareas de despacho pero con SUELDO ÍNTEGRO y que después este se mantuviese a la jubilación a los 65 de por vida. Este punto estaba en negociación a puerta cerrada y he visto y oído con estos ojitos y oidos que se comerán los gusanos como se lo espetaban en un debate en directo a David Zamit [reedito, inicialmente escribí César Cabo porque lo confundí ya que se le parece bastante, aunque en cualquier caso está claro que los gusanos se van a llevar una indigestión conmigo] y este asentía y tenía que callarse la boca por el bochorno. ¿Esas son las reclamaciones que quieren que los ciudadanos comprendamos?

Que AENA, Fomento, Blanco, el gobierno, ... lo estén haciendo mal (o rematadamente bien como cortina de humo) es otra cuestión. Sin duda, cierta. Sin embargo no quita ni un ápice a la mezquindad de la extorsión que ejercen sistemáticamente los controladores, sin ningún miramiento sobre los rehenes que son los viajeros.

La gente no critica a los controladores porque defiendan sus derechos. Ni por envidia. Se hace por el modo mafioso y abusivo en que lo hacen. Porque se pasan tres pueblos. Aprovechan su posición estratégica con indecencia y deslealtad, mientras otros colectivos con posiciones de poder similares no hacen esa utilización. Imagínese el mismo cisco en los hospitales públicos. Y las condiciones laborales de la inmensa mayoría de sus médicos son bastante peores que de las que se quejan los controladores. Cuando a un controlador lo agredan los usuarios o le hagan trabajar 30 horas seguidas entonces estaremos hablando en términos similares. Volar no es indispensable. Impedir que la gente se muera sí. Aquí entrará a mear fuera del tiesto el típico demagogo diciendo que esos medicamentos llegan por aire y demás tonterías, soslayando el hecho de que con esta huelga precisamente se está causando también ese perjuicio. No es una competición de quién es más útil o importante, es una comparación de quién es más irresponsable.

Extrapólese a la policía nacional, a los jueces, ... algunos de ellos se juegan la vida a diario con amenazas y atentados a su integridad física (por lo del estrés que dicen los controladores) pero se verá que ninguno de esos colectivos comete esta tropelía contra sus conciudadanos.

Mientras sigan adoptando estas posturas injustas, seguirán cayendonos gordos a todos.