
Este es un personaje de ficción de la peli Pretty Woman. Esa en la que una decente furcia se convierte en princesa del capitalismo salvaje por tener la cara de Julia Roberts. El príncipe azul de esta historia, interpretado por Richard Geere, es Edward Lewis.
Es un cuento de Disney pero adaptado a los tiempos que corrían allá por 1990 en los que la economía dejó de ser real y empezó a larvarse lo que hoy llamamos crisis. Donde
Edward Lewis era la personificación de este tipo de prohombre moderno, el tiburón de los negocios, héroe e ídolo del sistema financiero mundial que, como los profetas/predicadores de Hollywood se encargaron de inculcarnos, es el modelo a seguir para conseguir la chica. El macho alfa alfísimo.
Aquí hay una conversación que define su trabajo:
Edward: No. I get some of it from banks, investors… it's not an easy thing to do.
Vivian: And you don't make anything…
Edward: No.
Vivian: … and you don't build anything.
Edward: No.
Vivian: So whadda ya do with the companies once you buy 'em?
Edward: I sell them.
Vivian: Here, let me do that. You sell them.
Edward: Well, I… don't sell the whole company, I break it up into pieces, and then I sell that off, it's worth more than the whole.
Vivian: So, it's sort of like, um… stealing cars and selling 'em for parts, right?
Edward: [sighs exasperatedly] Yeah, sort of. But legal.
Aunque nos lo describan en tono de crítica en este momento de la cinta, lo que realmente hace la película es ensalzar este comportamiento. El mensaje está claro, el tipo es realmente maloso, pero de ese tipo de malo atractivo y que no importa que lo sea porque tiene carisma y gana pasta. El nuevo cuento de Disney para toda una generación de los 90s. Chapó.
Paralelamente veamos la evolución de la economía REAL y la economía financiera-ficticia desde 1989 con dos gráficas (la segunda es de REUTERS y se puede encontrar aquí) que nos ilustra como la proliferación de Edwards Lewis que retrataba la película nos ha traído a la crisis actual, vendiendo HUMO.


Y la función continúa.
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