Penélope Cruz. De oficio, vivir a cuento de la prensa amarilla.
Me parece asqueroso que una tipa como esta haga estas declaraciones, que precisamente sustenta su carrera justo en eso: la manipulación constante de la prensa amarilla con falsas relaciones -algo así como prostitución mediático/sentimental- y montaje similares.
Y va la muy desagradecida y les paga así. Porque no puede evitarlo, es creída y antipática con sus seguidores. El único valor que tiene es detrás un equipo de imagen y publicidad que vende humo, recurriendo al truco más rastrero de Hollywood: llevarle la barba al mariquita de turno o a cualquier actorzuelo que esté de capa caída. Siempre me recuerda a Selma Bouvier, la cuñada de Homer, casándose con Troy McClure (a.k.a. amante de los peces).
Ésa es la Pe que me viene a la mente. Sobre todo si tenemos en cuenta sus inicios, ya que, recordemos, esta chica se hizo conocida por ser "novia de un Cano". Después ha prosperado por fingir romances con distintos personajillos nacionales hasta que su equipo asesor de imagen la lanzó al otro lado del charco aprovechando buenos contactos, donde ha fingido romances de postín. Nauseabundo.
Como actriz es mediocre a reventar, sobreactúa y no sabe ser natural. La prueba está en los últimos resultados de taquilla que ha tenido tanto en cine como en teatro, que por mucho que insistan sus promotores, siguen siendo mediocres. También era aquí pésima presentadora. Para colmo no sabe ni pronunciar en condiciones el idioma en el que supuestamente interpreta ahora, el inglés. Sus premios interpretativos son solo el fiel reflejo de que sus promotores tienen los mejores contactos y han hecho las mejores inversiones de publicidad y sobornos del mundillo de la farándula yanki. Representa la esencia de todo lo falso y artificial del mundo del cine. Un personaje vacío que ahora, para colmo, se ha vuelto filósofa y moralista yendo de digna por la vida. ¡Qué triste!
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