
Si nos fijamos, hay un requisito curioso "No podemos aceptar candidatos sin nacionalidad UE". Digo que es curioso porque en una página en castellano y dirigida a hispanohablantes, los únicos aspirantes que no cumplen ese requisito son los médicos procedentes de sudamérica. Esos que nuestros políticos se empeñan en hacernos ver que aquí son necesarios. Podríamos pensar que es una cuestión de prejuicios o racismo de esos estirados ingleses, pero teniendo en cuenta que los ingleses importan gran cantidad de médicos pakistaníes e hindúes, no parece el caso. Así que parece que la calidad de esos médicos no es suficiente para el Reino Unido. Aunque aquí nos baste y nos sobre, por lo visto.
Un análisis de qué tipo de médicos estamos importando puede sacarse también de los datos de las últimas convocatorias de la oposición MIR:
Las especialidades más demandadas, generalmente escogidas con los primeros números como son pediatría, ginecología y obstetricia, cardiología y dermatología, son ocupadas mayoritariamente (más de un 75%) por españoles, mientras que otras como farmacología clínica, geriatría o medicina del trabajo, generalmente escogidas con números de MIR más altos, apenas llegan a un 40% de ocupación nacional. Pero sobre todo, el análisis de medicina familiar y comunitaria es el más interesante ya que mientras que en el año 2000 el 98% de las plazas ofertadas (en dicho año 1839) las ocuparon españoles y cinco años después fueron el 80%, en esta convocatoria sólo el 55% (de las 1904 plazas que salieron a oferta) de los residentes que se incorporarán a esta especialidad son nacionales.
Debemos defender la formación del pregrado en España, por su exigencia al ingreso, por su elevado coste personal y social, y por responsabilidad. Pero también debemos controlar la postgraduada de manera global para evitar que se repitan situaciones del pasado con una bolsa de médicos en paro muy elevada. Se debe ser escrupuloso a la hora de homologar títulos de licenciados extranjeros así como de evaluar y adaptar los expedientes que portan estos, no porque se dude de su veracidad o equidad, sino precisamente para garantizarla y evitar suspicacias, apartando de la selección a aquellos que no los tengan homologados de facto Y se debe articular mecanismos de control sobre estos títulos y no sobre las personas que los portan
Estos últimos párrafos son de Fernando Rivas Navarro, Vocal de Médicos en Formación del Colegio de Médicos de Málaga y en la Organización Médica Colegial de España
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