Mientras esta señora se gane la vida comiendo ante una cámara de interné, pensaré que el mundo está enfermo.

Donna Simpson, actual plusmarquista del récord de "Madre Más Gorda del Mundo" quiere ahora batir el récord de "Mujer Más Gorda del Mundo". Teniendo en cuenta que sus méritos alegados son que necesitó tres camillas para dar a luz y un equipo de 30 sanitarios, ahora tendrá que hacer "méritos" grasientos. En realidad el título era de "Mujer Más Gorda del Mundo que da a luz". Pero a efectos prácticos, los periodistas la llaman "Madre Más Gorda del Mundo". Sigamosles el juego. El único inconveniente que parece tener actualmente para lograr su "sueño" es que cuidar a su hija le hace adelgazar. Claro, tal vez esto haga peligrar su título actual y haya decidido buscarse otro más perdurable y compatible con su voracidad. Porque al fin y al cabo ¿qué es un título de madre más gorda si no se ejerce de tal cuidando de los hijos precisamente porque el título es incompatible con ese cuidado? Para ser coherente, parece que va a renunciar a ejercer de madre y optar por el título más llevadero de "Mujer Más Gorda". Con lo sencillo que es simplemente engullir 12.000 calorías al día para conseguirlo...
¿Cómo de enfermos estamos para que esta enferma pueda llegar a existir?
Este mundo que estamos creando me repugna, sinceramente.
Lo que le importará a esa mujer su hija cuando la meta caprichosa que se ha puesto le va a costar la salud... Y el ejemplo que le está dando y los valores que le está transmitiendo... Pues sipi, estamos en un mundo de locos!
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