
Los chinos siempre han sido extravagantes en la comida. Los potentados de todo el mundo también tienden a ello. Si conjuntamos ambos factores llegamos al bizarrismo que acabo de ver en un documental de cocina. Se trata del el restaurante Guo-li-zhuang de Beijing. He encontrado fotos escatológicas y del lugar aquí.
Hay quien habla de la decadencia occidental hoy en día, pero está claro que no conoce la oriental que la sobrepasa con creces.
Para empezar, los chinos identifican de forma superlativa lujo con salones privados. En chino el sinónimo de selecto en restaurantes es aquel donde el cliente alquila un reservado. El ambiente es, más que ostentoso, recargado. Platos dorados, cubiertos dorados, decoración dorada...
Una vez separados de la plebe, en el restaurante en cuestión la especialidad es comer penes de distintos animales. Las absurdas creencias chinas que atribuyen propiedades milagrosas a partes concretas de determinados animales alcanzan un punto cómico en este caso.
De primero sopa de pene de serpiente, que según el cocinero que hace el reportaje es menos fibrosa de lo que esperaba...
De segundo pene de ciervo estofado, según el comensal muy chewy (no sabía como traducir sin entrar en juegos de palabras).
Por último nos han mostrado el pene de yak cocido en la mesa en un fumet aderezado con tortuga con caparazón incluido. Según el cocinero, el mejor de los penes y que podeis adquirir en interné si sentis morbosa curiosidad gastronómica.

Afortunadamente el cocinero de prestigio opina que no cree que esta sea una de las modas chinas que se extenderán por el resto del mundo. Chinos comep...
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