Compromiso móvil gratis: la misería a precios irrestibles

De entre las campañas publicitarias más abyectas y despreciables que he escuchado recientemente me ha llamado la atención esta de Vodafone. Conlleva un profundo desprecio hacia la miseria de otros seres humanos simplemente ignorando la realidad.

Parece que la empresa de telecomunicaciones no es capaz de cumplir sus objetivos, pues en 2009 bajó un 7'4% su facturación. En vez de mejorar su servicio (que como exusuario puedo decir que deja algo que desear) u ofrecer tarifas más competitivas (aun peores y razón por la que migré) recurren al reclamo del regalito. No en vano, es una argucia publicitaria muy socorrida que igual emplea un banco que un supermercado que una gasolinera. Hacernos ver que nos "regalan" algo. Un truco que refleja la pobre mentalidad del consumidor que es contentable con este tipo de señuelos. Recordemos que cuando se trata de restaurantes, el único que se hace regalos es el que ofrece menús para niños, porque en cuestión de comida los adultos sí parecemos tener criterio y no nos dejamos comprar por un regalito. Supongo que en las cosas más naturales como comer no valen esas chorradas.

Además la nueva campaña incluye implícitamente un concepto seductor, la renovación, algo seguramente muy sugerente en los tiempos que corren. Esta idea de regenerar algo inerte solo es posible en el contexto de una cultura consumista, en el que la renovación es la muerte de la vida útil del objeto y su sustitución. Incluso aunque sea innecesaria esa renovación porque un terminal de un año de edad es perfectamente operativo. Pero ¿qué más da si sale gratis?

Pues sí da. Lo que no nos dicen con esta gran "ganga" es que el coste de renovar el terminal lo están pagando otros. Las claves han sido contadas mejor aquí hablando del coltán, creo no hace falta añadir nada.

La vida útil de un móvil se puede alargar, e incluso se pueden reutilizar. Renovar el móvil cada año me parece obsceno. Aunque claro, soy de los que piensan que un móvil es una herramienta para hablar por teléfono y no una prolongación de mi ego...