Las incómodas verdades sobre la crisis económica mundial en ‘La mordaza’ de Loretta Napoleoni.

Si el otro día casualmente mencionábamos cómo la “guerra contra el terror” funciona como un instrumento muy útil para el control de masas, justo hoy nos encontramos con una reseña sobre este libro que también entra en la misma cuestión. Napoleoni, economista de prestigio internacional [a saber lo que eso significa] es entrevistada en RNE sobre su reciente libro 'La mordaza. Las verdaderas razones para la crisis mundial' en el que nos cuenta como se relacionan la “guerra contra el terror” y la actual situación económica.

Algunos puntos de la entrevista, resumidos:

A saltos entre el principio y el final de la grabación nos cuenta sobre la política económica deflacionista impuestas por EEUU en los últimos 20 años, en los que ante cualquier amenaza de crisis se bajaba la tasa de interés, la crisis no estallaba pero seguía aumentando la pelota de nieve. Así el crecimiento al llegar a 2001 necesitó de una política reductiva, con tipos de interés alto para decelerar el crecimiento inconsistente. Sin embargo, la irrupción del tinglado bélico ocasionado por el 11-S hizo que el tipo de interés del 6% de 2001 se bajara en 2003 al 1'2%. Por entonces los chicos de Goldman Sachs y su asalto al poder en el gobierno ya estaban bien asentados.

Es entonces cuando EEUU inicia su carísima “guerra contra el terror” de Bush tras el 11-S en un intento de reflotar su propia economía mediante la activación del gasto militar, una de las principales industrias del país. Para ello necesitaban cash y para ello necesitaban vender sus obligaciones del Estado en mercados internacionales. Pero para que esto resultase rentable debían bajar los tipos de interés, que por lo visto sube el precio de las obligaciones del Estado. Así se inició todo. Colocándole a todo el mundo sus obligaciones “basurilla” infladas artificialmente con esta maniobra. Así se ha vendido la deuda americana a precio creciente. Esto también dió pie a la especulación inmobiliaria.
Añado personalmente, la mayor porción de ese “pastel” lo tiene China. Eso explica muchas cosa de política internacional actual y por venir.

Esa venta de la deuda estatal se pone en circulación MUNDIAL, a diferencia de otras guerras. Así hemos perdido todos al sufragar entre todos esa guerra.

Simultáneamente se pusieron en marcha allí algunas leyes contra el blanqueo de dinero (el Acta Patriótica, no lo que dice el locutor) que se desplazó a Europa y se relaciona con la burbuja inmobiliaria. La autora critica que se hicieran de forma unilateral, lo que “permitió” esa “fuga de defraudadores” hacia el viejo continente. Es decir, globalización solo para algunas cuestiones.

También le extraña que con la excusa del terrorismo haya un control exhaustivo sobre los aeropuertos mientras se mantiene un control mínimo sobre los bancos que son los que financian el terrorismo. Añado personalmente: curiosamente suele ser el mismo tipo de persona (a pie de calle) quien defiende ambas posturas...

Es curioso que en la misma época empezase la intervención de GS en Grecia, hacia 2001, con una maniobra en la que se cambian los derivados financieros en los que estaba su deuda que le permitió entrar en el euro. Otra vuelta de tuerca.

La “guerra contra el terrorismo” es un negocio en sí mientras el terrorismo supone otra fuente de negocio. Algunos de los mayores crecimientos económicos de los últimos años están en los países musulmanes, como la conversión de los talibanes a meros narcotalibanes, que han pasado de producir opio a la más rentable heroína, que la autora estima les ha producido fondos para proseguir otros 10 años de guerra. Una guerra que en lo que va de año le ha costado a EEUU 18.000 bajas por depresión. Aparte de dinerito que pagamos entre todos porque gracias a globalización de las sub-prime la mierda nos ha salpicado a todos. Mencionan un dato sobre los mayores déficits del año pasado en función al PIB que fue por orden Zimbawe, Japón y EEUU (11% del PIB).

Mientras Bin Laden se convierte en un icono ideológico ya que Al Qaeda ya no existe como tal, sino como paraguas para una serie de movimientos de ideología Alqaedista.

En algunos momentos los locutores intentan arrimar el ascua a su sardina y le tiran de la lengua a la economista para que meta cizaña a favor de la tendencia política del programa, pero la mujer mantiene el tipo y se limita a exponer sus datos y teorías. Al fin y al cabo ella intenta vender su libro al público más amplio posible y los locutores intentan venderle el programa a sus oyentes, tal vez más sectorizados.

En definitiva, otra explicación sobre la crisis. No me he tomado la molestia de comprobar los datos, en cualquier caso.

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