Bono, ese filántropo evasor de impuestos.

Bono, cantante de U2, ha explotado hasta ahora una imagen de adalid del humanitarismo, las buenas causas y el buenrrollismo en general. En su hipocresía no ha llegado a adoptar un niño-bolso, (véase también algo aquí y aquí, aunque no encuentro un esquema buenísimo que ví una vez) pero se las ha dado de filántropo hasta el punto de verse postulado al Nobel de la paz.

Sin embargo en su Irlanda natal no opinan lo mismo de él, por ser un evasor de impuestos y un especulador. Sus declaraciones al respecto son de un cinismo impresentable pues califica su evasión de impuestos como "innovación fiscal" y se escuda en que ese sentido de innovación a permitido la prosperidad de su país. Para colmo se siente dolido por las críticas, argumentando que se hacen sin conocer su música. Queda claro por tanto que la música que uno hace lo convierte en un ser especial y debería servir como eximente de cualquier crítica moral.

El país al que evade impuestos es el mismo al que todo este tiempo ha instado a combatir la pobreza mundial. Ayudar a los pobres es guay, pero no con mi dinero.
Anteriormente los artistas en Irlanda tenían una fiscalidad casi nula, por lo que el grupo U2 mantenía en su país natal sus cuentas. Ahora se las ha llevado a Holanda.
A lo mejor deberían postularlo al Nobel de Economía.