Esto no es un blog, es un bloc. De notas, para más seña. Aquí apunto lo que se me pasa por la cabeza, lo que se me cruza por la vida o simplemente lo que se me antoja. Buscarle cualquier otra significación es perder el tiempo. Bienvenidos a ello y no se corten en comentar.

lunes, 14 de diciembre de 2009

He visto UP y me ha encantado.


Desde hace mucho tiempo vilipendio siempre que puedo a la Disney por el mal que ha hecho a generaciones de infantes. Me refiero al Disney clásico: Blancanieves, Cenicienta, etc... Todas insalvables en su bobalicona existencia insustancial salvo quizás Campanilla (aunque esta también tiene lo suyo con el tema de los polvitos mágicos que te hacen volar, pero es otro tema).

Al menos hay una generación identificable de víctimas, tarados psicológicamente con los roles arquetípicos de una sociedad decadente que se fue implantando subrepticiamente en sus mentes de pequeninos. El ejemplo que doy siempre es el del complejo de princesa que tienen muchas, ya mujeres, féminas de mi generación (y algunas algo mayores) que esperan la irrupción en sus vidas de un príncipe azul que las rescate de no se sabe bien qué. Una aparición estelar a lo divo que cambie la rotación de su mundo y las haga mearse en las bragas... Una soberana estupidez.

La seudo-princesa quiere que la rescaten de su mundo de pegajosa rutina y cuando el príncipe ya no recibe el foco de deslumbrante ilusión se vuelve el sapito pringoso que siempre fue. ¡Oh decepción! La mayoría de los sapitos por su parte no consiguen conquistar sus princesas porque no van disfrazados del azul principesco que es inalcanzable. Más decepción.

Luego algunos se preguntan porqué la sociedad va tan mal, porqué las parejas no funcionan y se divorcian o incluso porqué persiste la violencia doméstica en las generaciones más jovenes y supuestamente mejor educadas. Yo no lo sé, pero empezaría a buscar algunas explicaciones en la frustración mal llevada de la inmensa mayoría de la población, a la que le engañaron en su más tierna infancia, como un ingrediente más del cóctel socio-psico-cultural explosivo. Descongelemos al viejo Walt y démosle una manta de ostias para sacarle la verdad, resarcirnos o cuando menos foguear la furia.

Aquí otro ejemplo.

Ahora bien, hay esperanzas. De mano de la filial Pixar he podido observar un cambio de actitud (no en la pastorcilla de Toy Story). En Wall-E y ahora en UP. Por fin hay féminas interesantes en los cuentos de hadas, mujeres con personalidad. Por fin un cambio de miras. A lo mejor los críos de hoy en día son algo más maduros cuando maduren, sin esas ideas estúpidas de príncipes y princesas.

Tal vez solo sea un cambio de los tiempos y que Disney reacciona con ellos, simplemente siguiendolos a la zaga. La programación de las próximas generaciones no será tan patéticamente edulcorada como la que trataron de vendernos a nosotros, al menos. Ojalá sirva de algo.

¿Y la peli? Pues estupenda y con algunas partes preciosas. El principio me ha encantado, la historia del matriomonio es de lo más conmovedora y nos deja tiernos para que luego aflore la risa fácil. Mecanismo muy básico Disney (una de arena y luego la cal), pero lleva funcionando desde hace ya casi un siglo y por algo será que funciona. Tal vez alguien objete que tanto globo y tanto perrito (sí, salen muchos perritos) es de una puerilidad facilona demasiado evidente. Pero ese alguien estará olvidando que se trata de una peli para niños :P

El final, feliz. Bueno, con eso ya contabamos.

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