Perez Reverte me parece un cantamañanas

Me parece bien que Reverte emplee su demagogia barata* para meterse con los políticos. Así les da un poco de su propia medicina. En eso lo he alabado siempre.

Me parece gracioso que busque un estilo facilón y un registro faltón a posta para impactar al personal en sus artículos. Es su firma.

Me parece aceptable que utilice como le venga en gana su patriotismo edulcorado en su página, aunque sea para vender luego sus libritos de "Episodios seudoNacionales" (me encantó Alatriste en sus primeros tomos como novelas de aventuras, por cierto). Este señor vive de su concepción personal de una España y es normal que la promocione.

Me parece cuestionable su falta de rigor en muchos temas en los que va de cultureta (ejemplo la polémica sobre su visión subjetiva de la rebelión del 2 de mayo) pero en este país de incultura supina al menos supone un contrapunto que alguien con tirón mediático apunte en esa dirección.

Me toca los cojones que mezcle las churras con las merinas en el tema de Gibraltar (Gibraltar inglés, 13-dic-2009) y meta de soslayo una puya gratuita e injustificada contra la Costa del Sol: "esa tierra sería un escenario más, como tantos, de paro y miseria". Ignorante o malintencionado, no sé como ha sido. La Costa del Sol está plagada de turistas alemanes, daneses, finlandeses,... además de los ingleses, de los que por otra parte no todos son delincuentes gibraltareños. El desconocimiento hace osado y en alguien tan prepotente como Reverte es un cóctel explosivo.

En la Costa del Sol nos toca mucho los cojones que los vecinos gibraltareños sean unos sinvergüenzas y que empuerquen el turismo con sus negocios sucios. Pero que venga un cantamañanas a meternos a todos en el mismo saco o a restar méritos a uno de los principales motores turísticos (del 2º país de destino turístico del mundo, ojo) me parece una tocada de cojones supina.

Igual pretende sacar un librito sobre Gibraltar y el tratado de Utrecht en breve y por eso caldea el ambiente.

Pues eso, me parece un cantamañanas.

*Apostilla: empieza compadeciendose de los picolos para conectar, luego arremete contra los políticos a los que todos detestamos para arrastrarnos y por último, cuando ha llegado al cúlmen populista de su discurso y tiene ganado al lector, mete la cuña despectiva. Demagogia de libro.