Reflexiones sobre Allan Watts

Pretendo colgar algunos retazos entresacados de un seminario de Allan Watts que he encontrado por ahí en el que habla de su filosofía. Antes de seguir, he de decir que sus conclusiones me parecen una patraña mística más. No es tanto una filosofía como una seudo-religión. Al fin y al cabo, Watts era teólogo y un experto en religiones.

Ahora bien, algunas de las premisas que elabora me parecen divertidas e interesantes. A partir de ellos elabora unas disquisiciones por derroteros pintorescos que son cuando menos peculiares. Las conclusiones a las que llega a partir de ellos no las comparto y por eso no las pongo. Hay que tener en cuenta que era un iluminado del quince, pilar fundamental de la contracultura. A mí lo que me llama la atención de Watts son esas pequeñas pizcas de enajenación lúcida transitoria con las que aborda ciertos temas desde una óptica original y transgresora. La originalidad aparente de Watts en esos pasajes es cuando menos reconfortante. Digo aparente porque en realidad no lo es, simplemente es un ejercicio de acercamiento desde planteamientos orientales a nuestros postulados occidentales. El mérito de Watts es ser el primero que hace esa conexión. Sincretismo entre el pensamiento occidental y oriental. Por algo Watts tiene un doctorado honoris causa por su contribución en el campo de las religiones comparadas.

También he entresacado algunas de las frases para agruparlas bajo los títulos que he puesto a cada artículo. No digo que mi modo de organizar tenga que ser el más apropiado, aunque la estructura del discurso que utiliza el propio Watts es por sí misma tan anárquica que permite esto y más.

El movimiento contracultural no me seduce ya y mi flirteo con el mismo fue breve, casi una visita turística que se vió defraudada por lo inconsistente de muchos de sus planteamientos.
Sin embargo su irreverencia contra lo establecido supone un buen contrapunto a la decadencia occidental que sirve para cuestionar las posturas que alcanzamos en la vida, para preservar un espíritu crítico y mantener una actitud inquisitiva e inconformista con lo que tenemos delante. Sus resultados finales no tienen porqué ser válidos, más bien son surrealistas, pero TAN DIVERTIDOS como ejercicio mental que merece la pena darle alguna oportunidad.

Tal vez más adelante me atreva con RAW o MacKenna, de quienes, sinceramente, tengo pendiente algunas lecturas con el fin de que "expandan" mi mente, al menos en sentido lúdico.