La peor ciencia es la ciencia sometida a una ideología. Ya sean los postulados pseudocientíficos del
lysenkoismo soviético o la subersiva contaminación cristiana de la
comisión deontológica del consejo andaluz de colegios médicos respecto a la selección de embriones con fines terapéuticos. El titular del informe es bastante elocuente: "Estudio acerca de la selección
eugenésica de embriones con fines de uso terapéutica" (asumo que la incongruencia de género es una errata del periódico del consejo, no de la comisión). No puedo adjuntar enlace porque la página del consejo médico andaluz no incluye el informe (¿es lo que tiene estar anclado en el precámbrico, que
eso de la interné no lo parecen comprender del todo?).
A lo largo de la exposición (punto III) confunden, inadvertida o intencionadamente, los conceptos de
diagnóstico previo preimplantatorio (base del consejo genético ampliamente difundido hoy en día) con la
selección embriónica terapéutica (motivo del estudio), para condenarlos a ambos de prácticas al servicio de la violencia.
El final del informe concluye no con algo demostrado, sino con una elucubración sobre "
quien es capaz de ver más allá de lo cercano" en el más puro estilo del misticismo y con la condena de "
la atrocidad que se está cometiendo en los laboratorios" sin reparar en que su definición tal cual incluiría los embriones no empleados en otras técnicas de reproducción asistida. Es por tanto, paradojicamente, una cuestión de finalidad, no de cualidad inherente de esos embriones lo que ponen en duda.
Si esto no es tomar partido, que baje su dios y lo vea...
Nos quejamos de que en EEUU persisten los patéticos enunciados creacionistas pero aquí mismo tenemos infiltrados en la ciencia actual a multitud de fundamentalistas que NO SABEN DISTINGUIR (o no quieren) entre sus creencias y los hechos científicos. Mientras esas personas no estén siendo honestas en sus planteamientos no pueden llegar a conclusiones válidas. De hecho es inadmisible que teniendo tal catadura moral y moralista constituyan una comisión que se pronuncia sobre ética.
Así, el Código de Ética y Deontología Médica está claramente intoxicado por premisas religiosas que invalidan sus directrices, al no estar basados en hechos científicos sino en teorías y creencias. Se asumen por ciertos enunciados doctrinales sobre la cuestión del comienzo de la vida humana apoyandose para ello de forma enrevesada en la ciencia: "
esta pregunta ha sido respondida de forma contundente por la embriología, que es una rama científica de la biología" ¡¿ein?! Citar múltiples veces la palabra ciencia en una oración o sus ramas no hacen más cierta esta oración, ni le da más apoyo científico. Hay que dar el razonamiento o citar la fuente bibliográfica. Los únicos argumentos son esa falacia por citación de supuesta fuente y hablar de un "
principio vital del ser humano (...) está ahí desde el comienzo, en su código genético". Miren ustedes, hay código genético en una muestra de saliva y no por eso se considera principio de nada. Estas prácticas me recuerdan a las empleadas por los
ideólogos de los niños índigo.
Comprendo que hablar de deontología médica y bioética es complicado porque se entrecruzan ciencia y filosofía y se corre el riesgo de mezclar ambos. Pero hay que ser honesto a la hora de tratar el tema y no dejarse llevar por creencias personales.
Esos no son argumentos científicos y mientras no lo sean, no tendrán validez.
No defiendo una investigación irracional y sin límites, sino todo lo contrario, unos
límites racionales fundamentados en premisas científicas y no dictados por ciegas presunciones religiosas. El respeto al ser humano no puede ser un
único tipo de respeto dictado por la opinión preconcebida de unos cuantos, debe ser un consenso entre las distintas posturas y en la que impere el SENTIDO COMÚN y no los fanatismos. Diálogo y no imposición.
Las trabas injustificadas a la investigación son tan reprobables como la investigación sin control, puesto que hay una doble responsabilidad como bien dice Juan Ramón Lacadena: tanto en actuar como en no actuar.
Cuando el discurso científico está condicionado por unas conclusiones predeterminadas de antemano y dictadas por una ideología, no es un estudio con base científica, es charlatanería u homilía.
En próximas entregas intentaré añadir más referencias sobre el tema para dar base a argumentos racionales.