
Anteriormente decía que la producción creativa es volver una y otra vez a las fuentes. Mi conocimiento de la Ilíada no fue por interés directo sino tras leer la saga de Dan Simmons Illión. Este es un claro ejemplo de revisión de un clásico. Simmos simplemente coje una epopeya heróica a más clásica imposible y la revisita. Las proezas de los personajes tienen el éxito de público asegurado porque llevan convenciendo un par de milenios y pico a los lectores. El talento de Homero en caracterizar a los héroes lo garantiza. Simmos añade su toque personal y su trama pero en muchos casos valiéndose de los personajes del otro junto con sus hazañas, reinterpretando sus personalidades y haciendo su novela. Como ya hiciera en Hyperion con los cuentos de Canterbury y muchos más, por ejemplo. Es esa permeación y contaminación lo que llamamos inspiración. No la estoy criticando, solo la expongo y afirmo que es la base de la creación actual. TODO está ya inventado.
Desde entonces los personajes de la Ilíada me resultan entrañables y en mi cibersurfeo compruebo que siguen cosechando victorias y seguidores de su causa, con admiración aquí y con gran sentido del humor aquí (varias entregas).
¡Cuanto debemos a los clásicos! ¡¿Cuantos clásicos del mañana están siendo hoy coartados por la codicia?!
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